lunes, 31 de enero de 2011

“Castración Poética, Libros-Auto Burger y el poder curativo de una mandarina”

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La gran mayoría de la  gente gusta de ver, leer y escuchar acerca de cosas que no conocen: “amor, libertad, paz, bondad…”
Aman el cuento de la cenicienta y añoran el “vivieron felices para siempre” ¿Por qué? Por idiotas.
No entiendo el optimismo barato, soy incapaz de comprender tanta  manipulación en el cerebro humano. Cagamos todos los días carajo ¿Por qué es tan difícil hablar de la mierda? La mayoría practican el sexo, ven porno  y  se masturban pensando en sus primas, primos, vecinos, vecinas y hasta en sus padres, pero no les menciones la palabra: coger porque se les cae el cielo encima, pero si usas “follar” como tema en cualquier foro, tienes más entradas que “Desde la Fe” en semana santa.

 ¿A qué viene tanta puta moralidad? Si todos nos vemos a diario en un espejo, y aunque no sepamos a ciencia cierta que o quiénes somos, si sabemos de memoria todos esos pensamientos, sentimientos y deseos que hacen que nos avergoncemos de nosotros mismos. ¿Para qué fingir tanta “finura” entonces? 
¿Acaso no todos salimos de una verga? ¿Acaso las mujeres no se depilan las axilas? ¿Por qué quieren leer solo palabras bonitas? A veces me hablan de vulgaridad ¿no es más vulgar el miedo a ser exhibido sin una máscara, lejos de la zona de confort?

La sociedad es un Teatro, y nosotros, humanos, ni siquiera somos los leones amaestrados, esto es más vil, más patético, ¡Somos payasos ¡…
Nos enseñan a mentir, a ocultar, a callar desde pequeños. No importa cuántas veces veas coger a tus padres cuando te creen dormido, en esa casa no se habla de sexo porque es vergonzoso. No importa cuántas veces los veas golpearse y discutir, cuando estés casado no puedes abandonar a tus hijos aun cuando actúes de la misma forma estúpida que tus padres actuaron y por ende enseñes a tus hijos a actuar igual. No importa si eres una puta que se acuesta con el que sea mientras te diga: Te amo al oído y tú sepas que es mentira… Lo que importa son las apariencias.

Considero que lo más triste en cuanto al arte literario sea el nulo entendimiento de la mayoría, el consumir tanta cursilería y ñoñería en novelas rosas y los pinches libros de superación personal ocasiona más estupidez  en las personas, no les invita ni a pensar, ni a resolver. Como todo últimamente, si no se consume rápidamente como en un “Auto-Burger” aun cuando solo sea basura, no le sirve a los cabezas huecas.
Me comeré una mandarina mágica para quitarme el mal sabor de boca, seguiré buscando letras frescas y vivas, odio aquellas que apesten a muerto y oculten su falta de imaginación con un Premio Novel comprado  y papel  aromático de Chanel.  


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