¿Y cómo empezó todo? Mirando las estrellas por supuesto. Eran más de las diez de la noche y yo trataba de pelear contra mi “Carreterofobia nocturna”, es decir que me cago de miedo cuando el sol cae y estamos en la autopista, en parte por mi ceguera (alucino con carros que rebasan a lo lejos y colisionan con nosotros al ver las “pequeñas lucecitas” al fondo,) y en parte por el exceso de cine de terror, donde hay carreteras, tráileres asesinos, coches fantasmas y demás horrores sobre el volante.
Pero mi nueva “etiqueta” fóbica no es el tema en cuestión, sino el inicio de todo…
Yo veía al cielo, para evitar ver la carretera, y mirando las estrellas comenzamos a platicar sobre ellas, que si los científicos se regodean en una arrogancia llena de estupidez al intentar explicarse con “mecanicismos” el caos en el universo, peor aún, exigen credibilidad hacia sus “leyes aplicables a toda materia” y se olvidan que el Plasma ya mando a chingar a su madre a los estados básicos de la materia desde hace tiempo. Lo que no se me olvida a mí es la defensa científica que aseguraba que la Tierra era Plana. En fin, saltábamos de un lado a otro en la conversación mientras yo tenía la vista fija en el cielo estrellado. Que si un tutor de Newton escribió las partes más “Bellas” contra los gentiles en el Talmud (sarcasmo) que si los campos electromagnéticos, hoyos negros, y pulsares, que si las nebulosas…
N E B U L O S A S… voalà. Allí estaba un recuerdo guardado, que sin buscar ni desear apareció de la nada, enseñándome nuestro último juego.
Tiempo atrás.
Habíamos comprado dos boletos para ver Beowulf en Plaza Loreto, pero la función seria dos horas más tarde, así que decidimos dar una vuelta por la plaza. Honestamente, no me gustaba salir con él, porque siempre teníamos problemas en el choque de valores, el hecho de ser hermanos no reducía en lo absoluto nuestras abismales diferencias de acto y pensamiento, pero el ir al cine era nuestra única tradición de hermandad y le rendíamos tributo desde siempre…
Caminábamos de aquí para allá discutiendo el porqué diantres me vestía como me vestía y sin querer llegamos a una exposición al aire libre del: Universo.
Yo estaba impactada por las fotografías de la exposición, eran hermosas. El estaba maravillado con la cantidad de datos sin importancia en los recuadros inferiores. De repente, vi la imagen más hermosa de todas, era una nebulosa rosada con campos electromagnéticos azules, violetas y blancos. Un regalo para mis ojos, parecía una mancha de aceite perfectamente colocada en el universo…
(Usare un blablablá para tecnicismos tontos)
-¿Te gusto esta gorda?
- Mucho wey. ¿Ya viste esos colores?
-Los colores se forman por blablablá.
-¿So? ¿Ya VISTE los colores? Y esa forma está poca madre…
-Las nebulosas se forman por blablablá….
- No me importa, de hecho, ni siquiera lo creo, simplemente me parece algo maravilloso, honestamente no me interesa el saber cómo ni porque con explicaciones científicas, después de todo, siempre se equivoca, tener fe en la ciencia es lo mismo que tener fe en “dios”. ¿No era la tierra plana? ¿No éramos el “Centro” del universo? ¿Los electroshocks no curaban la enfermedad de la tristeza?
-Blablablabla blablablabla blablablablablabla (mega choro físico matemático)
Y en esta discusión se nos fue casi una hora, en mi familia tenemos la costumbre de apasionarnos con el tema, y estoy segura de que nadie había peleado a gritos en una discusión usando a una Nebulosa como tema principal.
Yo jamás he estado a favor de mecanizar nada, odio, detesto que la gente pierda el don de maravillarse ante cosas tan bellas que se presentan a diario por usar tecnicismos burdos y cuadrados como los que uso mi hermano. Una señora nos dijo que estábamos asustando a todos con nuestros gritos y decidimos irnos a ver Beowulf bastante enojados uno con el otro.
Los ánimos se enfriaron escuchando a los Vikingos ebrios, pero nadie había ganado el partido. Mi hermano defendía la “capacidad absoluta” que tenía la ciencia al explicarlo todo y yo defendía simplemente la vitalidad.
Y ayer por la noche, al llegar a casa, y ver el documental “Thunderbolts” con David Talbott, me doy cuenta de que gane. Solo me resta lanzar un “Ja Ja” digno de Nelson Muntz al universo. Como todo y todos somos simple y sencillamente energía conectada entre sí, ¿Quién sabe? Quizá mi hermano en este momento sea parte de esa nebulosa que nos hizo discutir y por fin estará de acuerdo conmigo…
El poner toda nuestra fe en manos de la ciencia tiene el mismo efecto que si la pusiéramos en manos de cualquier dios. No creo que esto sea más que un plano dimensional más adonde probablemente nada sea lo que parece, así que lo mejor sería no perder el “toque”. Vita Brevis.
Entre al baño, había una corriente de aire que hacía parecer que el papel higiénico colgado en el techo (Amamos tener todo de cabeza) bailaba con el viento, si hubiera estado mi hermano presente no hubiera podido defender el descabellado asunto de la gravedad, hasta el papel higiénico la reta. Estaba meditando lo que escribiría hasta que tocaron la puerta, molesta por la interrupción, me levante y me asome por la ventana:
-¿Si?
-Buenas Noches ¿esta su señor?
-¿Mi Señor?... no soy esclava dije entre mi. Deme un segundo. Amor te buscan…
Mi Señor. ¡Oh Lord! Me caga el Gospel y los vecinos con tendencias vasallescas.
Paola Klug
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