Mis ideas son galaxias, mis neuronas estrellas, Yo Soy el universo.
La Nebulosa poética me envuelve con su violencia hipnótica y me uno al caos holográfico en la medianoche del mundo.
Esta es la simbiosis de la salamandra…
Los centinelas hiperdimensionales vigilan con su pupila devastada
El vórtice épico, llenan sus paredes mentales de hidrógeno tejido en el naufragio lunar, más implantes solares de otro ciclo espiritual…
Mis fotopensamientos son Agarthicos, narrativas visuales,
Carentes de fetichismo y simbolismos. Mandalas fugaces en el neuroespejo de este anagrama cósmico.
Las mantarayas son mis personajes favoritos de este bosque idílico,
Van hilando tormentas sonoras, bailando en este apocalipsis morfológico.
La eternidad mercurial -dicen algunos-
Soñadores inmutables ante la tormenta destellan cual arquetipos en este río de los olvidos, paraíso ineludible y devastador como el cordón umbilical que te arroja furioso al mar de fuego para evitarte “ser”
Y aquí “estoy” y aquí “soy”, un sueño cuántico fragmentado de la red neuronal en la mente- corazón del Ouroborus tántrico.
Mil muertes asimétricas en este flujo de conciencia, virtualidades devoradas por la garganta aerodinámica de la gran espiral.
Soy la Salamandra onírica despertando del aletargamiento psíquico. Danzando entre planetas- recuerdos, supurando cólera por las comisuras del arcoíris digital.
Soy la manzana etérea que renunció a la lobotomía, una piedra- enlace, la burbuja fractal...
Me fusiono sincromìsticamente en el ritual encantado, ¡No más simulacros!
Reflejo microcòsmico, ontología luminosa… y el arrullo del silencio de los hoyos negros en mi cabeza.
Paola Klug
No hay comentarios:
Publicar un comentario