Mirar es creer que hay agua debajo de los párpados.
Ven y mata
al niño, te espere tanto que ya es mañana y el amor se me volvió un
ático de calamares que tocan el acordeón, esta música no es tuya pero
debería serlo porque me sabe a lágrima
de siete meses. Ya no tengo café, ni ganas de lamerte las espumas, me
sostengo con lo que piensa mi abuela de tus ojos, lo cual no es tan
amargo después de las nueve, pero antes...ay antes creo ir en un
carrusel esquizofrènico, me dan vueltas las jirafas y ese estúpido
caballo que no deja de relincharme como eran tus silencios. Que hora mas
puta para decir te quiero, que hora mas puta para hacer lo que sea....
Fragmento de "Es la hora justa de los Atunes" de Luis Antonio Avila
Martinez en el Libro "La Memoria de los Atunes" Antología Poética de
Talleres Literarios en Michoacan.
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