Después de leer tantos “acerca de mi” y “biografías” en las redes sociales se me ocurrió que era una mejor idea escribir quien no soy, así no hallaran sorpresas como la que yo me lleve una noche atrás.
Les daré un breve resumen de lo que sucedió para que entiendan de que hablo, estaba bastante aburrida en la noche y fui a parar por una razón desconocida al perfil de una chica “Asatru” mexicana, de entrada, esto llamo mi atención de inmediato, después leí en su información personal que ella amaba los libros, “aun cuando fueran de poesía” ¿?¿?¿ (¿Hay algo malo con la poesía?)….
Soy curiosa, lo admito, entre a su muro y encontré varios videos musicales bastante buenos, pero… ¿Dónde estaba aquella que amaba a los libros? Era una “guerrera”, usando sus propias palabras, una valquiria mexicana… en uno de los videos, usando mayúsculas dedicaba la canción con un “Haber" si te gusta, es una canción "exelente", con música "exelsa…” Exacto, está de más hacer otro comentario al respecto…
El punto al que quiero llegar es que quizá nadie diga la verdad sobre sí mismo, si es que tal verdad existe, y si es tan difícil aceptar lo que somos, si es que somos algo, resultaría más fácil escribir sobre lo que no somos y se me ocurrió lo siguiente acerca de mí:
“No soy una hija, ni una hermana, ni una madre, ni una amiga y tampoco una esposa. No soy una taza de café, ni un cigarro, ni tampoco un libro. No soy lo que escribo, ni lo que leo, ni tampoco lo que escucho.
No soy un cuadro, ni un maniquí, ni tampoco una muñeca. Jamás fui lo que quisieron que fuera, ni ellos, ni ellas, ni el, ni tú.
No soy un ejemplo, ni una nota musical, no soy verso, ni poema, ni canción…
No soy un fantasma, ni una flor, ni una máquina de escribir, ni una sierva.
No soy una esclava, más tampoco soy el ama de nadie, ni incienso, ni maíz.
No soy un cerebro, y tampoco un corazón, no soy fluidos, ni soy una vagina.
Jamás fui un título, ni un papel, diploma o reconocimiento, ni siquiera una boleta de calificaciones, mucho menos una mochila o un cuaderno.
No fui pasión, ni sentimiento, ni lagrima, ni sonrisa.
No fui orgullo, ni pesar, ni amor, ni tristeza…
No soy muerte, ni olvido, ni recuerdo, ni gloria.
No soy muro, ni barrera, ni pistola, ni sangre,
No soy violín, y tampoco soy niebla,
No soy ceniza, ni polvo, ni creyente, ni Diosa,
Tampoco fui bandera, ni nación, no soy piel, no soy tumor.
Ni grito, ni garganta, ni letra, ni palabra,
Como dice Carlos Huamán:
“De todo lo iracundo elegí ser el viento…”
Paola Klug
Tu texto me quita un gran peso de encima:
ResponderEliminar"Hola, mi nombre es Héctor y no soy escritor"